soy dolor & soy más cosas
- licspano
- 5 sept 2023
- 3 Min. de lectura
Estoy releyendo los mensajes, y quiero decirte que los leí todos los días. No solo te entiendo, si no que me identifico. Yo estuve en tu lugar, y creí nunca salir. Hoy me veo, me escucho y me siento, y me doy cuenta que sí salí. No estoy en ese lugar, ni tampoco volví a ser lo que era.
Estoy parada en un lugar diferente... Donde el dolor sigue siendo protagonista, me encantaría decirte que se fue, pero no es así. Duele y me reconcilié con la idea de que va a doler siempre. Si me hablabas hace unos meses, seguramente no iba a poder responderte todo esto, pero por algo sucede ahora y creo que sí estoy lista. Y lo digo, porque el irme de viaje, sin un motivo muy consciente, me ayudó muchísimo a confrontarme con mi mundo interno. Alejarme de todo y de todos, dejar de "intentar sostener" a todos, me hizo entrar en un callejón sin salida; "o te ocupas de vos, o te ocupas de vos" y ahí me tocó hacerme cargo. Y sí, 4 años después me dolía el alma. La impotencia, la injusticia. Las ganas de querer compartir. Después de un tiempo duele la ausencia. Cuando caes que no estás viviendo una película, que es la vida real y que no hay retorno, duele tanto.
Afrontar el dolor fue la única salida. Llorar. Llorar todo. Hablar. Escribir. Buscar ayuda. Pedir ayuda. Aceptar ayuda. Aceptarme vulnerable. Perder el miedo al rechazo por ser vulnerable. Entender que necesito estar bien yo para poder "estar" con el otro.
En un principio, las fuerzas para seguir las saque del amor por mi familia. Mi hermana principalmente. Pero tengo que admitir, que elegir repararme, fue por mí y mis ganas de vivir.
Todo esto fue tiempo y aún sigo en ese proceso. Lloré todo con la vista más paradisíaca que pude tener. Un mar turquesa como patio de mi casa, que ni siendo tan soñadora imaginé tanta abundancia. Lloré negra, lloré mucho. Lidié con dolores y con cansancio constante. La mente AGOTA.
Hasta que un día escribí, que necesitaba ponerle un límite a esto. Porque estaba invadida. Sentía que el dolor y la tristeza estaban invadiendo absolutamente todos los ámbitos de mi vida. No había libido disponible para nada más. Y yo sí quería otra cosa. Me acuerdo que se lo dije a mi psicologa, y ella siempre tan realista, que me dijo desde un principio que no sabía si íbamos a poder terminar con el sufrimiento, pero al menos sí, sufrir lo menos posible, y en ese momento, cuando quise poner un límite, me habló de integrar ese dolor. Y ahí empecé a aceptar, que una parte de mí va a doler siempre, pero una parte, no todo. Soy dolor y soy más cosas. Que cuando aparezca la tristeza, la voy a dejar estar, pero no va a reinar entre las demás emociones... Y así, muy de a poquito la voy llevando.
Voy transmutando tanto dolor en amor. Y el amor por la vida, que lo saque de mi vieja, es lo que me esta impulsando a aventurarme como lo estoy haciendo.
Lleva tiempo y no lo veo como algo acabado, si no una construcción diaria, de la que no tenemos el total control. Pero me sale decirte que confíes y que te des tiempo, espacio y respeto. Hay luz... y tu vieja siempre te va a guiar por esa luz. Te lo juro.
Comments